jueves, 4 de febrero de 2010

Y... tú...



Escribiendo a la nada, motivado por el todo; sin querer queriendo... sin querer evitarlo. Vomitar lo de siempre, el interior, y como siempre, no saber lo que queda... ni lo que había.
Porque con una palabra tuya me cambia el gesto, porque con una palabra tuya se solucionaría todo.

Y... tú... sabes la respuesta.


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