domingo, 24 de enero de 2010

Y... ras ...


Sintió un cierto cosquilleo en su interior, su estructura se revolvía dentro del poro de su ser. A lo lejos divisó la luz, un pequeño hueco hacia el exterior. Una tormenta de recuerdos confusos llegaron hacia él, la resaca de lo que fue.


Pasaban las horas, los días.. y su carrera hacia fuera del hueco donde habitaba se iba haciendo realidad, veía cada vez con más nitidez la panorámica al exterior. Se sentía con fuerzas: había crecido, había aumentado su grosor de azabache.


No tardó en asomar su negra cabeza a la realidad y se dio cuenta de que no era el único. La alegría invadió toda su fibra, quería seguir creciendo y creciendo, ser parte de una unidad junto a los otros... hasta que pronto todo se volvió blanco. No veía a sus compañeros. Su ser estaba rodeado por una sustancia espumosa con cierto olor masculino... algo no iba bien...

Todo fue rápido. Decapitado de su raíz...


Y... ras...

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